Oposición renovada en Honduras: el Partido Nacional apuesta por una reconfiguración generacional para reconquistar el Congreso


 Honduras

En un giro estratégico de cara al ciclo electoral de 2025, el Partido Nacional de Honduras (PNH) llevó a cabo una profunda reestructuración de su Comité Central durante su Convención Nacional, celebrada en Tegucigalpa. La movida fue leída tanto como una renovación generacional como un intento por sacudirse el peso de escándalos recientes que marcaron a gobiernos anteriores.

La nueva presidenta del Comité Central, María Fernanda Castellanos, de apenas 34 años, fue presentada como el rostro de una oposición “moderna, ética y combativa”, en palabras del expresidente Porfirio Lobo. Castellanos representa una apuesta por oxigenar la dirigencia política del partido, que en los últimos años ha sido asociado con procesos judiciales por corrupción y vínculos con el narcotráfico.

En términos legislativos, el relanzamiento del Comité implica una posible reconfiguración de las alianzas en el Congreso Nacional. Aunque actualmente el oficialismo —liderado por el partido LIBRE— conserva una mayoría relativa, el PNH mantiene una fuerza significativa que podría resultar clave en votaciones como la elección de magistrados, reformas constitucionales o leyes presupuestarias.

Desde el punto de vista jurídico, el proceso interno también despierta preguntas: ¿cómo garantizar que esta renovación no sea solo cosmética? ¿Qué mecanismos de depuración interna se aplicaron para blindar la lista del Comité ante posibles cuestionamientos éticos? Hasta ahora, no se han publicado los expedientes de los nuevos integrantes ni sus declaraciones patrimoniales, lo cual ha sido criticado por observatorios de transparencia.

Expertos constitucionalistas han destacado la importancia de estos movimientos internos en la arquitectura parlamentaria del país. “No se trata solo de un cambio de nombres, sino de cómo una fuerza opositora puede consolidar gobernabilidad o convertirse en factor de obstrucción”, señala la abogada Lidia Contreras, del Instituto de Estudios Legislativos de Tegucigalpa.

El discurso de Castellanos durante la Convención incluyó un llamado directo a los jóvenes: “Vamos a recuperar el Congreso, no con caudillismo, sino con ideas y control parlamentario legítimo”. Esta narrativa sugiere una estrategia enfocada en contrastar la imagen de vieja política con una agenda de reformas “desde la oposición”.

No obstante, persisten tensiones internas entre sectores que reclaman mayor autocrítica por el legado de las administraciones pasadas. Algunos delegados expresaron su preocupación por la falta de mecanismos de rendición de cuentas dentro del partido, especialmente ante el papel del PNH en la aprobación de leyes que favorecieron el clientelismo institucional durante la última década.

La nueva etapa del Partido Nacional se desarrolla en un contexto de creciente desconfianza ciudadana hacia los partidos tradicionales. Su capacidad para articular una oposición constructiva o caer en prácticas de obstrucción sistemática será clave no solo para su futuro electoral, sino para la calidad democrática de Honduras.

Fuente: El Heraldo

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