Actualidad Jurídica
América Latina y el Caribe son, desde hace más de medio siglo, una de las pocas regiones del mundo donde ningún Estado posee armas nucleares. Esto no es producto del azar, sino de una arquitectura jurídica deliberada encabezada por el Tratado de Tlatelolco, firmado en 1967 y aún vigente.
Este instrumento legal establece una zona libre de armas nucleares en la región y prohíbe, con fuerza vinculante, la producción, adquisición, posesión y ensayo de armas nucleares en todo el territorio latinoamericano. Fue pionero a nivel global y dio origen a otras zonas desnuclearizadas en África y Asia.
Pese a contar con capacidad tecnológica y programas de investigación avanzados, Argentina y Brasil optaron por abandonar la carrera armamentista nuclear. Lo hicieron a través de acuerdos bilaterales y su adhesión al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Ambos países incluso crearon un organismo binacional (ABACC) para fiscalizar sus instalaciones nucleares de forma mutua.
La clave del modelo latinoamericano ha sido la combinación de diplomacia preventiva, acuerdos multilaterales y una cultura jurídica de desmilitarización democrática. A diferencia de otras regiones, en América Latina el tema nuclear ha estado históricamente más vinculado a usos civiles (energía, medicina, ciencia) que a objetivos militares.
Además, la Organización para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe (OPANAL) garantiza la verificación del cumplimiento del tratado y coordina posturas comunes en foros internacionales. La región también participa activamente en iniciativas globales de desarme y control de armas.
Si bien el contexto internacional se ha vuelto más inestable —con nuevas tensiones geopolíticas y modernización de arsenales nucleares en otras regiones— los Estados latinoamericanos han reiterado su compromiso con el desarme como principio estructural de su política exterior.
La continuidad del Tratado de Tlatelolco representa no solo una herramienta jurídica eficaz, sino también un mensaje político sobre la posibilidad real de construir regiones libres de armas nucleares mediante acuerdos multilaterales, transparencia institucional y voluntad soberana.